Un libro con la luz de los distintos, Olivos de cal

Lo querían matar
los iguales,
porque era distinto.

Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distin
to,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo…
si veis un hombre distinto,

matadlo.

¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;

lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente
, mi corazón distinto.

Siempre me gustará Juan Ramón .Especialmente, este poema.

Jamás me gustarán los temas guerraincivilistas. Nada que tenga retrogusto a violencia. No hay en ello casualidad. Sí la causalidad de quien tiene por nombre Paz porque así quiso su padre hacer borrón y vida nueva en la suya propia. En la que comenzó justo así que pasaron veinte años de aquel 23 de agosto de 1936. Fecha de horrible recuerdo familiar en que el odio había puesto horrible fin a una vida.En aquella vieja realidad y en un lugar de La Mancha ,él lo mereció sólo por ser señorito. De la misma forma que en un lugar de Teruel que existe hogaño como antaño el odio que segó la vida del abuelo de Ángela.

A ella debo la lectura de Olivos de cal de la que dicen «suena a Lole y Manuel, huele a tierra mojada y sabe a aceite«. También dicen que es digna heredera del Delibes más sobrio-será por eso que Ángela Gonzalvo quisiera contar conmigo en su pretendida presentación en el Museo Gonzalvo, de Rubielos de Mora

Olivos de cal… ya que hablamos de Aragón, a mí me huele a Borau:

«En los años de la guerra civil, el futuro director de cine da sus primeros pasos en la difícil e importante asignatura dickensiana de «la observación de la naturaleza humana». «Furtivos que puede presentarse como un espejo oscuro de la situación nacional. En la metáfora cinematográfica, un bosque aparentemente tranquilo…»

texto GEA 2000  |  Última actualización realizada el 28/11/2012

Olivos de cal…que ya que estamos en Andalucía, a mí me sabe a Federico. Con el permiso de mi viejo amigo don Miguel, es novela rural y muy digna pero lejos de la prosa sobria del escritor castellano cuyo Centenario conmemoramos, la hallo mucho más cerca del dramatismo lorquiano y,a la par, llena de su poesía. Común raigambre andaluza la de Federico y Fran ¿qué importa si aquel nacido en Fuente Vaqueros y este en Badalona? Común edad la de ambos, cercana a los cuarenta ¿ qué importa si la de aquel quedó en 38 en un barranco de Víznar donde lo mataron los iguales porque era distinto si mientras haya savia nueva habrá vida?

Savia nueva de Olivos de cal la de Fran Toro, cuya novela también me sabe al andalucismo de otro Miguel (Pasquau) en este caso contemporáneo y cuya novela Recuerda que yo no existo,también con reminiscencias lorquianas e igualmente «anverso y reverso de las mismas páginas donde fraternalmente perviven Caín y Abel en un cielo e infierno en el que indistintamente comparten sus vidas»

https://anaquelsite.wordpress.com/2017/04/10/un-libro-para/ a través de @wordpressdotcom

Buena y tristemente creíble historia la de Fran Toro que muestra profundo conocimiento de un paisaje rural de Jaén pero no menos ni peor de un paisanaje de distintos que dan luz a Olivos de cal. Paisanaje de hombres como Angelino o León,tan rudos como llenos de ternura .De hombres distintos ¡ ay, Amador , ven a mi ser con tu frente, tu corazón distinto ! De hombres en el mejor sentido de la palabra, buenos. Me gusta la novela de Fran Toro porque descubre la humana ternura del hombre.

Paisanaje de ese que los ingenuos dicen sexo débil, de congéneres fuertes como esos olivos que no levantó la nada, ni el dinero ni el señor sino su trabajo, su sudor y tantas vidas calladas como las de Santa, Pura o Carmencita. Mujeres rurales, sí. Me gusta la novela de Fran Toro porque nos descubre distintas, ni pragmáticas «sanchicas» ni irreales «dulcineas» .Mujeres que sintiendo, amando y viviendo, dan sentido, amor y vida a esta España nuestra que hoy mal dicen vaciada y que mientras con su Literatura, Federico, Rosalía, Miguel, Carmen, Fran o María alimenten su Cultura, siempre tendrá VIDA.

Sólo es cuestión de leer para saber y gozar mucho y yo hoy, recomiendo hacerlo entre Olivos de cal.